Muchos mitos sobre los animales han circulado durante generaciones, llegando a ser ampliamente aceptados como hechos. Este artículo pretende desmentir estos mitos revelando la verdad que se esconde tras algunas ideas erróneas sobre nuestros amigos peludos, emplumados y escamosos.

Mitos 1 y 2: Los avestruces meten la cabeza en la arena y los peces de colores sólo tienen tres segundos de memoria

La Verdad:

Avestruces: Contrariamente a la creencia popular, los avestruces no meten la cabeza en la arena cuando se sienten amenazados. Este mito puede tener su origen en la observación de avestruces que se agachan para comer o atender a sus nidos, lo que puede dar la apariencia de que entierran la cabeza en la arena.

Peces dorados: Los peces de colores tienen una memoria sorprendentemente buena, contrariamente al mito de que sólo pueden recordar durante tres segundos. Las investigaciones han demostrado que pueden recordar señales de entrenamiento e incluso reconocer a personas durante varios meses, lo que desmiente la idea de su supuesta memoria a corto plazo.

Mitos 3 y 4: Los murciélagos son ciegos y los perros ven en blanco y negro

La verdad:

Murciélagos: Es un error común creer que los murciélagos son ciegos. En realidad, los murciélagos tienen una visión adecuada que se adapta bien a condiciones de poca luz. Utilizan principalmente la ecolocalización como un sofisticado sonar biológico para navegar y localizar presas en la oscuridad, pero esto no significa que no puedan ver.

Perros: La idea de que los perros sólo ven en blanco y negro es anticuada e incorrecta. Los perros ven colores, pero su espectro es limitado en comparación con los humanos. Pueden ver bastante bien los tonos azules y amarillos, lo que les ayuda a diferenciar entre varios objetos durante actividades como jugar con juguetes o navegar por su entorno.

Mitos 5 y 6: Los elefantes temen a los ratones y los camellos almacenan agua en la joroba

La Verdad:

Los elefantes: La idea de que los elefantes tienen pánico a los ratones es más producto de los cuentos animados que de la realidad. Los estudios científicos no han encontrado pruebas que apoyen la idea de que los elefantes teman a estos pequeños roedores. Es probable que el mito se deba al gracioso contraste visual entre los grandes elefantes y los diminutos ratones que aparecen en los dibujos animados.

Camellos: Una idea errónea muy extendida es que los camellos utilizan sus jorobas como depósitos de agua. De hecho, las jorobas están llenas principalmente de tejido adiposo, que los camellos metabolizan en agua y energía durante largos periodos sin acceso a comida ni agua. Esta adaptación es crucial para su supervivencia en los duros entornos desérticos.

Mitos 7 y 8: Las ranas permanecen en el agua mientras se calienta y los lemmings se suicidan en masa

Las verdades:

Las ranas: El famoso caso de la «rana hirviendo», en el que se supone que las ranas permanecen en el agua mientras ésta se calienta gradualmente, no es exacto. Los experimentos han demostrado que las ranas son sensibles a los cambios de temperatura e intentan escapar cuando el agua se calienta de forma incómoda. Este mito es más una metáfora de la condición humana que una afirmación objetiva sobre el comportamiento de las ranas.

Lemmings: La dramática imagen de los lemmings saltando de los acantilados en suicidios masivos es una completa invención, derivada de escenas escenificadas en documentales antiguos. En realidad, los lemmings migran en grandes grupos y, aunque pueden caer accidentalmente por los acantilados al explorar nuevos territorios o si encuentran obstáculos, estos incidentes son accidentales y no actos intencionados de suicidio en masa.

Mitos 9 y 10: Los tiburones no tienen cáncer y los pingüinos se aparean de por vida

La Verdad:

Los tiburones: La creencia de que los tiburones son inmunes al cáncer ha sido desmentida por la investigación científica. En efecto, los tiburones pueden desarrollar cáncer y otras enfermedades como cualquier otro organismo. Por desgracia, este mito ha dado lugar al uso de cartílago de tiburón en suplementos, que se comercializan con afirmaciones no probadas sobre la prevención del cáncer.

Pingüinos: Aunque es romántico pensar en los pingüinos como compañeros para toda la vida, la realidad es más compleja. Muchas especies de pingüinos practican lo que se conoce como «monogamia en serie». Normalmente permanecen con una pareja durante toda la temporada de cría, pero pueden elegir parejas diferentes en otras temporadas. Esta estrategia puede aumentar la diversidad genética y la adaptabilidad de sus poblaciones.

Mitos 11 y 12: Tocar a un pajarito hace que su madre lo rechace y los toros odian el color rojo

La Verdad:

Las crías de pájaro: La advertencia común de que tocar a una cría de ave hará que su madre la rechace carece en gran medida de fundamento. La mayoría de las aves tienen un sentido del olfato muy limitado y es poco probable que detecten el olor humano en sus polluelos. Sin embargo, es mejor evitar manipular a las crías a menos que sea absolutamente necesario, ya que la interferencia humana puede provocar otros riesgos o estrés para las aves.

Toros: El mito de que los toros reaccionan agresivamente al color rojo porque lo odian es incorrecto. En las corridas de toros, no es el color del capote del matador lo que incita al toro (los toros son daltónicos al rojo), sino el movimiento del capote en sí. La reacción del toro es al movimiento y no al color, lo que desmiente la creencia arraigada sobre su preferencia cromática.

Mitos 13 y 14: Los puercoespines disparan sus púas y los lobos aúllan a la luna

La Verdad:

Los puercoespines: Existe la creencia común de que los puercoespines pueden disparar sus púas a los depredadores como forma de defensa. Sin embargo, no es así. Aunque las púas de los puercoespines pueden desprenderse fácilmente e incrustarse en otro animal al contacto, no tienen la capacidad de dispararlas activamente. Este mecanismo de defensa es pasivo y depende del contacto con la amenaza.

Lobos: La imagen de un lobo aullando a la luna es icónica pero engañosa. Los lobos utilizan el aullido como herramienta de comunicación, no como respuesta a la luna. Aúllan para localizar a otros miembros de su manada, afirmar su territorio o coordinar la caza. La asociación con la luna se debe probablemente al hecho de que son más activos durante la noche, que es también cuando la luna es visible.

Mito 15: Los gatos siempre caen de pie

La verdad:

Los gatos son conocidos por su impresionante «reflejo de enderezamiento», que les permite girar el cuerpo en el aire para caer de pie. Esta capacidad es una adaptación extraordinaria, pero no es infalible. Aunque los gatos suelen aterrizar de pie, pueden sufrir lesiones, sobre todo por caídas demasiado altas (lo que se conoce como «síndrome de altura») o inesperadamente cortas. Este reflejo ayuda a minimizar las lesiones, pero no las garantiza, lo que desmiente el mito de que los gatos son siempre inmunes a los daños por caídas.